Reseña: La Deriva
Hace mucho que no tardaba tanto en sentarme a escribir una
reseña acerca de una obra literaria, sin embargo, ésta vez, la obra que me topé
de frente, desafió mis pensamientos, mis emociones y en términos generales,
rozó membranas sensibles de mis adentros.
La deriva, de la fenomenal dramaturga, directora y
aventurera: Stephy de León es una obra que en resumidas cuentas, nos transporta
a través de su trama a diferentes partes del mundo, así como al exterior e
interior de Lehoia, una chica que al cumplir sus 18 años decide ir en busca de
su pasado sin la menor idea de que en realidad todo su futuro y su presente se
vería infinitamente alterado.
En su camino, Lehoia encuentra varios personajes que de una u
otra forma tienen que ver con gran parte de su vida, sin que ella supiera
siquiera de su existencia. El viaje lo realiza a bordo de un velero hecho a
mano por su padre, sin embargo, el destino la conduce a una ruta mucho más
afortunada a través de grabaciones, sueños, algunas reliquias y un curioso
amuleto poseedor de desgracias.
No profundizaré más en la trama, debido a que no pretendo
robarte más experiencia. Sin embargo, como única excepción tocaré más tarde el
impacto que el final provocó en mi interior y que deseo extenderlo.
Siguiendo con los recursos propios de la obra, primero te
comparto con mi opinión:
los dioses literarios y el universo entero confabularon para
presentar ésta primera temporada en un escenario pequeño pero basto de recursos
como es el teatro “La Capilla”. Por supuesto, la misericordia de esas deidades
no se hubiera conmovido si la compañía realizadora de la obra no tuviera el
talento, el coraje, y el fuego necesario para explotar una obra no basada en
una mera historia, si no que nace de la esencia misma de la experiencia de su
autora.
Ciertamente, durante el desempeño de la obra noté ciertos
aspectos, ciertos rasgos que afectaron la puesta en escena. Me explicaré :
1. La voz en off (necesaria en la grabación del
padre) hace que se adormezca un poco la dinámica a la que nos vimos
afortunadamente sometidos durante toda la obra y desde el primer minuto.
2. Aunque fueron pocos, existieron algunos errores
en el desempeño de la obra, principalmente en los diálogos erróneos de algunos
personajes, por supuesto esto lo menciono con el compromiso de enriquecer y
retro alimentar a la compañía y en ningún momento demeritando ni poniendo en
duda el talento de los actores y la calidad de la obra que en ambos casos que
es excepcional.
3. Y que quede claro que este punto es una opinión
aún más personal. Estoy consciente que el horario en que se presenta la obra no
es una situación que controle la producción ni su grupo de actores, sin
embargo, pido por favor que muevan cielo mar y tierra las presentaciones de la
siguiente temporada a un horario más accesible adaptado a los horarios que las
personas comúnmente tienen disponible para disfrutar de un buen teatro, pues
considero que presentarse Lunes a las 8 de la noche debe ser una blasfemia
cultural para la gente que puede asistir a verla y eso no se le desea a nadie.
Y como lo prometido es deuda voy a permitirme este momento
para tocar el final. Cuando le pregunté a Stephy acerca de su parte favorita de la
obra ella sin dudarlo un solo segundo el volcán. Éste volcán ubicado en
Guatemala, fue visitado por la escritora y su respuesta fue maravillosa, le
impactó sentir bajo sus suelas ese ardo, ese fuego y esa vida que reposa por
debajo de todos pero que no cualquiera tiene la fortuna de contactarse con él
para ella ese final realmente representa un inicio percibe ese fuego en el
interior de la tierra como el coraje y la energía que penosamente duerme en la
entrañas de muchos y que aún de una forma más trágica y que aún de una forma
más trágica queda pasiva mientras más pasa estos que no entendemos a lo que le
llamamos vida.
Como mensaje final reitero mis felicitaciones y mi admiración
a la escritora Stephy León y su maravilloso equipo poniéndome a sus ordenes
para seguir de cerca el desarrollo de la deriva y de los siguientes proyectos
en los que se animen a navegar, con toda la posibilidad que tengo como escritor
amante del teatro y ser humano.
Les mando un fuerte abrazo y misma sentida gratitud por
tomarse el tiempo de leer ésta reseña donde he buscado transmitirle toda la
emoción que esta excelente obra provocó en mi y les dejo dos primicias que
aprendí de ellas:
La primera es que como la oí de viva voz de su autora, debemos ser como el
fénix atrevernos a morir y resurgir de nuestras propias cenizas ocupar ese
fuego interno como elemento purificador.
Y el segundo, siempre hay esperanza en La Deriva.